Víctor Seco @vsmphotoevents es, a sus 40 años recién cumplidos, uno de los grandes fotógrafos del atletismo de nuestros días, un hombre que se ha hecho profesionalmente a sí mismo, poco a poco. Pasó por ser un buen atleta, una emergente promesa del atletismo español. Lo compaginó con su trabajo diario en un periódico, pero no con cámara en mano, para luego empezar a trabajar en eventos deportivos y formarse en el ámbito audiovisual hasta llegar a crear su empresa, que cubre trabajos diversos todas las semanas. Hemos querido hablar con él para que conozcáis bien su interesante historia de evolución continua, del hombre que fue la liebre de lujo del Arturo Casado campeón de Europa de los 1.500 metros y con el que hemos tenido la suerte de compartir trabajo en multitud de lugares, en su corta, pero ya dilatada trayectoria.
¿Cómo son tus inicios deportivos?
Con siete u ocho años mi padre corría e iba al gimnasio, algo no muy habitual en la época, y un día le dije que me iba con él a correr y así hice unos pocos kilómetros en un pinar cerca de casa, en Santa Eugenia. Mi padre vino alucinado de cómo corría y me apuntaron a atletismo que había como clases extraescolares en nuestro colegio, el Ciudad de Valencia. Recuerdo que el profesor alucinaba con los tiempos que hacía en los circuitos que teníamos allí y los primeros crosses que hacía los ganaba. También jugaba al fútbol. Allí conocí a Arturo Casado que iba al cole, pero era más pequeño que yo y los dos nos fuimos poco después a las escuelas de Moratalaz. Pero allí me pusieron a hacer marcha, no sé por qué, y me fui al club Tajamar, con Lázaro Linares, tendría 14-15 años y dos años más tarde me hizo campeón de España juvenil de 1.500 en pista cubierta.

Víctor Seco (33) tirando de un grupo en una carrera de 1.500 metros, con Arturo Casado (25) entre los que le siguen.
¿Y qué evolución tuviste?
Pues seguí siendo medallista conforme avanzaban los años, siempre en medio fondo. De júnior me quedé a las puertas de la selección española y luego de sub23 fui también subcampeón de España y gané un encuentro internacional. Ahí había dejado de entrenar con Lázaro porque estaba muy solo y vuelvo a Moratalaz, a través de Arturo Casado y empiezo a entrenar con él y su grupo con Arturo Martín (el entrenador actual de Adrián Ben, entre otros). Entre tanto yo había estudiado Artes Gráficas y empecé a hacer prácticas en el diario El Mundo y me quedé a trabajar allí con un proyecto.
¿Compaginaste bien empezar a trabajar tan pronto con tu actividad atlética?
Pues era el año 2005-06 y sí lo aguantaba. Hasta 2009 yo tenía turno de mañana en el trabajo y pude seguir evolucionando, entrenaba con el grupo por las tardes. Llevé mi marca de 1.500 a 3:43 y la de 800 a 1:49 pelados. Cuando dejé se ser sub23 mi objetivo era ir al campeonato de España y meterme en la final. Era consciente de mis limitaciones al trabajar y yo sabía que tenía cualidades, pero también que no era un superclase y laboralmente estaba bien situado.
Hay un momento de esos años que cambias definitivamente tu mentalidad como deportista.
Sí eso llega cuando en el trabajo me cambian al turno de noche y entonces era el año 2009 y Arturo Casado, que estaba a tope, me propone: “Tiri (es el apodo con el que los amigos llaman a Víctor y viene de “tirillas”) quiero intentar ser campeón de Europa, ¿tú me ayudarías a entrenar para ello?” Y aquello me hizo una ilusión tremenda, era para mí un reto como si me preparase para mí. Nos entendíamos muy bien en los ritmos y lo que hice fue bajar los kilómetros, hacer mucha más velocidad, y me vi más rápido que nunca. Creo que hicimos un buen equipo y a los hechos me remito, Arturo fue campeón de Europa en agosto de 2010. Hacía aquellas sesiones durmiendo apenas un par de horas, porque él entrenaba por las mañanas la sesión fuerte”.
¿Y qué pasó para que ese buen tándem no siguiese mucho más en el tiempo?
Sobre todo, que Arturo se lesionó en 2011, una lesión larga que le paró mucho tiempo y a mí con la exigencia del trabajo, si no le podía ayudar, entrenar no me motivaba. En 2012 estaba muy saturado y como Arturo seguía parado, decidí dejarlo a final de año y él colgó las zapatillas poco después también porque no levantaba cabeza.

Carrera de 100 metros en los Juegos Olímpicos de París.
Cuéntanos algunos entrenos de esos brutales o mítines que hiciste en aquella época.
Pues cuando fuimos al Europeo de 2010, por ejemplo recuerdo hacer algún 150 en 16.3, o alguna serie de 200 en 22.0, eran cosas muy bestias que no había hecho nunca. Me metieron en la Diamond League de Bruselas para hacer de liebre de Asbel Kiprop, que luego fue campeón olímpico y también le llevé en el Miting de Rieti, pasando a ritmos de 1:51/52 en el 800, y acabando él en 3:29. Y con Arturo recuerdo en Barakaldo llevarle un 800 a esos ritmos también, y aún pinchando, porque luego se quedó él solo, acabar en 3:34.
Por tanto, finalizas tu etapa como atleta, definitivamente, y te centras más en el trabajo, supongo que para dar también un salto profesional.
Pues pasó lo que no me esperaba, porque empezaron a ir mal las cosas en la empresa y en 2015 nos echaron a muchos compañeros, hubo varios EREs y a la calle. Lo pasé mal, pero fue lo mejor que me pudo pasar para el fututo. Estaba muy encorsetado en lo que hacía allí, que era sobre todo maquetar y editar fotos. Lo que hice fue empezar a formarme como fotógrafo, poco a poco. Empecé a preparar la oposición de policía y a trabajar con el padre de Arturo Casado haciendo viajes en Globo que él organizaba. Él es un apasionado de la fotografía y fue quien me empezó a enseñar y me metió el gusanillo definitivamente, porque a mí me gustaba pero estaba lejos de dedicarme a ello como un profesional. Él me decía que se me daba bien. También en aquella época empecé a trabajar en eventos deportivos para sacarme un dinero y hacía un poco de todo y surgió la posibilidad de hacer contenido audiovisual para esos eventos. Hice cursos sobre fotografía y cree mi página web, invertí todos mis ahorros en montar mi empresa VSM (www.vsmphotoevents.com) y en mis inicios pues iba a Gallur a hacer fotos a los atletas, como han hecho otros tantos compañeros.

Rafa Nadal, en acción en sus últimos Juegos Olímpicos, en el doble masculino.
Y en este tiempo, ¿qué trabajos destacados has realizado?
Pues empecé a hacer sesiones particulares a atletas de élite con los que tenía trato. Luego me fueron encargando trabajos la revista Corredor, también los eventos de Motorpress Ibérica. Me fui dando a conocer así y en los últimos años estoy muy relacionado con la marca japonesa Asics, a raíz de un evento especial que hicimos para ellos en Málaga. He empezado a cubrirles casi todos los eventos, fotos de producto, de front runners, etc, y de empezar con ellos aquí en España, pues me ficharon de Europa y he viajado mucho así. Tuve que formar un equipo para poderles cubrir todo lo que quieren, ahora mismo tengo a cinco empleados fijos conmigo y otros tres de refuerzo para ciertas cosas. Y el año pasado cubrí mis primeros Juegos Olímpicos como fotógrafo, gracias a la revista Corredor y Sport Life, pero además allí trabajé con otro compañero, Félix Sánchez, para cubrir a determinados atletas internacionales que lo habían encargado. Esa fue una experiencia total, de mucho trabajo eso sí. En Tokio en el Mundial de septiembre he estado trabajando de forma parecida a los Juegos.

La espectacular puesta en escena de la Marcha Atlética en Paris 2024, en la zona de Trocadero.
¿Hacia dónde va el Víctor Seco fotógrafo?
Pues lo que quiero es intentar ser más selectivo con lo que elijo hacer, mi idea es encargarme yo de los trabajos más elaborados, de producción, de visitar sitios… y que mis compañeros vayan asumiendo otros tipos de trabajos que nos proponen. Creo que si te lo curras mucho esto puede dar para vivir bien, pero lo más importante es que te apasione lo que haces, pero claro tampoco se puede estar toda la vida trabajando las horas que hacemos muchas veces, casi sin poder parar para comer. Lo que no deja de emocionarme es que en esta profesión no paras de evolucionar y aprender.
Te tengo que preguntar si echaste algo en falta en tu evolución como atleta antes de dejarlo del todo, si crees que podrías haber llegado a más.
Aunque hubiese apostado más por el atletismo, pues yo creo que habría estado en un Europeo Sub23 o algo así, ya que me quedé a las puertas pero ya trabajaba y no descansaba para rendir a tope. Quizá también mi marca, como me decían mi entrenador y Arturo Casado, podría haber bajado de 3:40, pero no creo que hubiese hecho mucho más y con eso no se podía vivir. Así que no me arrepiento de las decisiones que tomé en su momento. Es muy importante que la gente que ahora está como yo estuve en el deporte de competición, siga con sus estudios, con su formación, su trabajo si lo tiene, no hay que volverse locos solo con los resultados deportivos y hay que tener los pies en la tierra e intentar compaginar ambas cosas. Hombre hay excepciones cuando alguien tiene un talento especial.

Espectacular llegada de la final de 10.000 metros en los Mundiales de Tokio 2025.
¿A quién te gustaría poder fotografiar alguna vez?
Pues si Camarón estuviera vivo, te diría que él, porque es mi ídolo, soy gran seguidor del flamenco. Del mundo del deporte actual, a Marc Márquez, me gustaría poder hacerle un seguimiento en un Gran Premio, por ejemplo. Pero si dejamos a las personas a un lado, me gusta mucho la fotografía de naturaleza y me encantaría hacer auroras boreales, porque todavía no he podido hacer ninguna.

Cole Hocker derrotando a Ingebrigtsen en la final olímpica de los 1.500 metros.
*Todas las fotos publicadas en esta entrevista son autoría de Víctor Seco/VSMPhotoevents